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miércoles, 14 de abril de 2010

Res-publica



En latín, madre de nuestra lengua y cultura, cosa pública o de todos. Estado en suma.
Me disculpo en primera instancia por la clase de etimología y por la osadía de mi juventud y parcialidad, al escribir sobre lo que debe encarnar un estado (Res pública).

¿Qué es o debiera ser el estado?
En mi modesta opinión, el estado encarna la estructura institucional producto de la contraposición de las distintas fuerzas sociales, en lucha por el control del aparato productivo de bienes materiales. O al menos así creo que se ve desde la óptica tradicional Marxista.
Si embargo para mí el estado debiera ser la encarnación de la causa pública. Es decir, la estructura política en la cual la sociedad expone y decide qué necesidades satisface, y con Iurisdictio (jurisdicción) sobre el ciudadano. Es decir, que deben impedir que en la lucha diaria entre las clases sociales deberá mediar entre los contendientes para que todos podamos vivir en justicia (que no armonía) y equidad (que no igualdad total) sin tener porque depender económicamente de ningún tipo de oligarquía.

A mi juicio estos principios solo pueden ser encarnados por un estado cuya forma y gobierno emanen o emulen (que no imiten ni reflejen directamente) directamente del pueblo sin que ningún ciudadano pueda ser, desde cualquier plano jurídico, más que otro. Para ello, ni el nacimiento ni la riqueza no debieran significar nada, y desde luego ni por qué ir acompañadas.
Poner por delante el interés público por encima de un particular o colectivo de ciertos individuos, clase o facciones, nos leva a preguntarnos dos cosas: 1) Introspectivamente hablando ¿Qué clase de virtudes se necesitan?
2) Extrovertidamente hablando ¿Qué forma debiera tener?
La primera respuesta es fácil. Las virtudes que los padres de nuestra cultura intentaron llevar y llevaron al menos durante 4 siglos de su historia casi 5 y hasta el sexto no abandonaron definitivamente:
Ante todo, honor, no el de apariencia, el de respetabilidad hacia uno mismo y el vecino (sea como fuera el vecino).
Honestidad (Tanto en privado como en público)
Valor para decir y defender lo que se piensa y necesita, tanto como para rectificar y desechar lo que no se necesita y es capricho.
Austeridad, para no incurrir en excesos tanto en el ámbito privado como en el trato con los demás.
Compasión (en sentido anglosajón), para poder dar al que necesita mas sin tener tu por que pasar apuros.
Educación para respetar siempre las formas que nuestros mayores más sabios nos intentaron trasmitir y discernir qué es necesidad y qué es capricho.
Y autodisciplina.

La segunda es más difícil de llevar a cabo que de responder.
A) Limitar las facultades del poder ya sea económico, social, cultural y político, de los poderosos. La manera más eficaz y eficiente es limitando el ejercicio de los mismos por las mismas personas a lo largo del tiempo. ¿Cómo? REPÚBLICA es la primera forma que lo hace.
B) ¿Cómo garantizar la intervención popular en el proceso? Eligiendo en votación a los miembros. Conclusión: cuanto más democrático mejor. Respuesta: la REPÚBLICA lo garantiza mejor ya que ahora la corona ejerce de arbitro entre los poderes estatales y ésta no emana del pueblo
C) ¿Cómo garantizar que la voz de todos sea oída, y satisfecha la reclamación más justa? Esta cuestión es muy difícil de contestar puesto ¿que es más importante la libertad o la garantía de su ejercicio?
En la antigua Grecia se contestó que la libertad, en Roma, el ejercicio. En mi opinión sólo la sociedad en su conjunto puede responder a esa pregunta. Sociedad educada en las virtudes que he comentado y que ha de saber trasmitir a sus gobernantes. Evitando así, los tristes ejemplos de violencia, de los que en Navarra también somos testigos, en el ejercicio de la libertad de ciertos grupos y sectores. (entiéndase esto como se quiera)

En conclusión ¿qué forma, qué régimen encarnó, estos principios mejor que cualquier otro en nuestro país?
La II república española.

14 de abril 2010