rss
email
twitter
facebook

martes, 16 de febrero de 2010

Animalismo del siglo XXI



El animalismo en la clase del primer mundo no sólo es causa de su sistema sino también de los movimientos in argumentados que lo critican en favor de su propio beneficio. Desde la Iglesia al Ska o el Rap todos deciden animalizar al ser humano en vez de proponerle una crítica intelectual contra el capitalismo. La primera culpable de la deshumanización es sin duda la actual jerarquía eclesiástica conformada por una cúpula deseosa de aborregar a su pueblo, con el único objetivo de redimir y moralizar de la forma más macabra posible a sus fieles, generalmente por herencia familiar y que apenas se plantean el juego hipócrita que llevan los eclesiásticos en nombre de Dios. Ya que si nos creyéramos las actuaciones de la Iglesia deberíamos preguntarnos si será gratis entrar en el cielo, porque con lo que recaudan parece ser que no...Desde otro punto de vista animal, el más animal físicamente hablando, nos lo presentan los colectivos seudo-musicales que atienden a la crítica fácil, aquí en Navarra y en el País Vasco con defensa terrorista, a la sociedad buscando su lucro mediante los gritos y la descarga de adrenalina en nombre de la "libertad", libertad siempre y cuando no les discuta porque si defiendes tu libertad de expresión te corren a tortas, pero por la suya son capaces de matar. Más de lo mismo en el Rap, aquí ya ni siquiera con música sino con algunas palabras rimada, no todas que eso ya era mucho esfuerzo, para contarnos cosas como que "España en una mierda", "Bush es un fascista" o que se va a suicidar (en el caso del Reggaeton no se suicidan sino que apalean a su mujer mientras cantan). Los argumentos del rap son vacíos y aunque defendamos su punto de partida, porque Bush sí que era bastante antidemocrático, no podemos defender su música porque es puramente egoísta, hasta tal punto de ser iguales que lo que critican. Estos bailes ska, esta crítica vaga y ese ritmo facilón es lo más animal que nos convierte en seres antisociales. Muy culpable de esto son también las nuevas pantallas que apuestan cada vez más por la individualidad (videojuegos, consolas portátiles, descargas online...) que por la sociabilidad en un cine, un teatro, un bar o un partido de fútbol. Todos estos supuestos "avances" tecnológicos son una ataque a nuestra condición humana, que hace perder el respeto por el arte, el conocimiento, y lo más grave, por las personas.