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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Mentira, estupidez y pasotismo. Los medios que no nos merecemos.



Independientemente de lo que vea la gente, al margen de lo que haga gracia hoy en día y sin ninguna intención de promoción creo que es necesario hundir, criticar y desligar de la perspectiva actual a la basura que nos entra sin que nos enteremos. Está suficientemente demostrado que "Sálvame", "DEC" o "Física o química" son productos zafios y sin interés cultural. Pero por mucha gente que los vea su poder de influencia en la mayoría intelectual es inexistente. El gran problema de nuestro tiempo es la aceptación que existe en la creación de formatos de audiencia masiva y que por ello parece que deban convertirse en venerables. Son fundamentalmente tres:

-La búsqueda de objetividad
-La crítica política
-La comedia de masas a la que se le llama humor

1.La búsqueda de objetividad.

Nos empeñamos en que los periódicos, los telediarios, las noticias virtuales... tengan objetividad pero esto es algo que en pleno siglo XXI es estúpido. Cuando un editor se vuelve loco para contar una noticia sin subjetivizarla lo que hace es engañar a la audiencia. Las cosas no son grises, nada es neutral. Todo es blanco o negro, con matices pero no existe el centro. El centro es pasotismo y mentira. Se debe contar como se ve no como lo vería la mayoría, ya que es imposible. Si una cadena, periódico... tiene ideas progresistas debe defenderlas, debe explicarlas y dar sus argumentos pero NO, NUNCA intentar ser objetivo porque es, además de imposible, estúpido.

2.La crítica política

Está generalizado que el apoyo o defensa de un político está mal. Los periodistas se dedican a criticarlos, hundirlos, ridiculizarlos... pero nadie apoya a quienes responden a las crisis y problemas del país. Ese mono de feria que es Risto, lo único que consigue con su programa es ridiculizarse y abstraerse de lo real. Pero no quedan cortos los ignorantes de "Sé lo que hicisteis" que sin saber absolutamente nada de política, economía, televisión... son capaces de criticar las medidas del gobierno cuando su presentadora, famosa por su idilio con Moyá, se hace la tonta la gente se hecha a reír. !PERO ES QUE NO SE DAN CUENTA DE QUE ELLA ES ASÍ!, y ellos que se sienten tan profesionales luego pagan millones a Paquirrín en plena crisis del sector audiovisual!!! La Sexta está llena de genialidades de este tipo como adaptar "Caiga quién caiga" y hundirlo en la miseria por no saber hacer un GUIÓN, o permitir al señor Urdaci que después de engañar a toda España y poner a sus amigos por encima de las víctimas del 11-M, pueda volver a aparecer en televisión. Pero ya que estamos hablemos de Intereconomía TV que contrata a un corrupto como Manuel Torreiglesias, si siguen por este camino, el señor Camps puede estar tranquilo que ya sabe dónde podrá trabajar el día de mañana.


3. La comedia de masas a la que se le llama humor

La frase "pero si mucha gente la ve" o "si es muy inteligente" suele salir de bocas no muy acertadas. Hoy en día si una serie lleva mucho tiempo y la ve mucha gente, aunque sea humor para idiotas se convierte en "muy inteligente". Esto le a ocurrido al "opio del pueblo" del s XXI, y no me refiero al futbol, que al fin y al cabo suele tener, a veces, un esfuerzo físico admirable. Sino que me refiero a esa "serie" o "cosa indeterminada" llamada "Los Simpson", este subproducto de serie B, utilizado para propagar la cultura del consumismo capitalista de EEUU, sin historia, sin calidad y que debería haberse hundido hace tiempo, sigue a flote por "la masa". Es un término horrible pero es así, nadie se pregunta qué es, qué dice, ni por qué lo ven, simplemente se sientan, ríen y ponen su mente en blanco. Pues bien quién ve "Los simpson" no es un espectador más inteligente que el que ve "Sálvame", ambos deciden poner telebasura para olvidarse de los problemas que la sociedad le causa, problemas creados y defendidos por esos programas. "Los Simpson" son una mentira continua, un subproducto creado para lavar mentes y formar la sociedad pasiva de masas que hay hoy en día. Esos muñecos amarillos transmiten valores como el machismo, el alcoholismo y la comida basura. Esa serie transforma a los televidentes en la estupidez de sus protagonistas, es decir, en el pasotismo de la era capitalista.